| Por: Gearóid Ó Loingsigh |
El reciente discurso del presidente de Colombia en la asamblea general de las Naciones Unidas rápidamente se volvió viral y con mucha razón. El discurso fue directo y dirigió varias verdades a Trump y Netanyahu. Caló entre la mayoría de los asistentes y provocó la ira del niño malcriado en la Casa Blanca. Trató varios temas en su intervención, pero quizás los dos más sobresalientes fueron el de Palestina y el eterno tema de drogas, y voy a tratar ambos aquí.
Por el estilo y también el contenido, parece que Petro era consciente de que este discurso formaba parte de su legado político como presidente de Colombia y también era consciente del lugar. Aunque hay ciertos elementos de demagogia en lo que dijo, sí hay varias verdades, pero como siempre mezcladas con imprecisiones que ignoran el propio pasado y posturas políticas adoptadas por él mismo.
Primero que todo, Petro alzó su voz en defensa de Palestina cuando dijo que “No hay raza superior, señores. No hay pueblo elegido de Dios. No lo es ni Estados Unidos ni Israel. Ignorantes fundamentalistas de extrema derecha piensan así. El pueblo elegido de Dios es la humanidad toda.”[1] Así comparaba, con toda razón, al sionismo con el nazismo. También pidió levantar un ejército para poner fin al genocidio y liberar a Palestina. Es poco probable que se haga, aunque no por eso se puede criticar, pues que un presidente declare al estado de Israel como enemigo de la humanidad es un avance y dice mucho del desgaste de la imagen de Israel. Quiéranlo o no, Petro legítima cierto discurso frente a los EE.UU. e Israel al mismo tiempo que sabemos que Petro solito no va a hacer mucho.
La humanidad no puede permitir ni un día más de genocidio ni a los genocidas de Netanyahu ni sus aliados en Estados Unidos e Europa dejarlos libres. Las Naciones Unidas deben hacer respetar los tribunales internacionales de justicia, el derecho internacional que es la base de la civilización y de la sabiduría de la humanidad condensada en la historia y debe hacer cumplir la sentencia de su justicia.
Hay que liberar a Palestina. Invitó a los ejércitos de Asia, de los pueblos eslavos que derrotaron con tanto heroísmo a Hitler, a los ejércitos latinoamericanos de Bolívar, de Garibaldi, que también tuvo uno en Italia, de Martí, de Artigas, de Santa Cruz… no sólo van a bombardear a Gaza, no sólo al Caribe, como ya lo hacen, sino a la humanidad que clama libertad, porque desde Washington y la OTAN matan la democracia y hacen renacer la tiranía y el totalitarismo a nivel global. [2]
Algo de hipérbole con visiones mesiánicas, pero quisiera uno pensar que existiera la posibilidad de convocar a semejante ejército, pero esos países no lo van a hacer, tarde o temprano sus gobernantes vuelven a la realpolitik. Llevan décadas como testigos mudos, callados, tímidos y temerosos de la opresión de los palestinos cuando es que no participan directamente en esa opresión mediante sus empresas, negocios y acuerdos. Petro también tiene una lectura errada del papel de los Cascos Azules de la ONU. Dice que el ejército que quiere levantar no puede ser como ellos, tiene que ser bien entrenado etc. Cree primero que las misiones de la ONU en el mundo árabe han fracasado y además es por una falta de profesionalismo y capacidad beligerante. Las misiones de la ONU en Líbano son conformadas por ejércitos profesionales, entre ellos China, Indonesia, Nepal y países miembros de la OTAN como Francia, España e Italia, este último el que más tropas ha enviado.[3] No fracasaron por una falta de capacidad militar, de hecho, no fracasaron. Su misión formal era ayudar al gobierno de Líbano a restaurar su mandato en la zona y monitorear el cese al fuego con Israel, algo que nunca hace cuando Israel decide que no. Su misión real, se resume en Contener a la Resistencia. Y cumplen con eso. Es preocupante que Petro no entienda los alcances y metas reales de las misiones de la ONU a la hora de convocar a un ejército y que ingenuamente cree que va a hacer algo distinto.
Aunque hay un ejército que se puede convocar, no obstante, los problemas políticos y organizativos para hacerlo: la clase trabajadora. Italia nos demostró el poder que tiene en un paro nacional. Ese es el único ejército en que se puede confiar, puede bloquear todo el comercio con Israel de un día para el otro. Pero llevamos décadas de la burocracia sindical desmovilizando a los trabajadores y haciendo pactos leoninos con el patronal y nos encontramos en un punto que los sindicatos tienen poca voz y poco que decir y hacer frente a un genocidio transmitido en vivo. Políticos como Starmer tienen sus manos manchadas de sangre por su complicidad, otros por su silencio y en el movimiento sindical también hay quienes tienen sus manos manchadas de sangre. En Irlanda, por ejemplo, Shay Cody el exsecretario general de uno de los sindicatos más grandes del país, Fórsa, es miembro de la Comisión del Banco Central. Ningún sindicato le ha dicho nada, a pesar de la venta de bonos israelís por ese banco para financiar el genocidio. Cuando no están callados, participan.
De todas formas, el discurso de Petro le garantiza, por lo menos un pie de página en la historia de la ONU. Cuando trató el tema de las drogas ante la ONU y en sus declaraciones posteriores se ve la realidad y debilidad de Petro. Duro de discurso pero en la práctica ¿qué?
Denunció los asesinatos en alta mar por parte de Trump y señaló con toda razón que nunca atacan a los verdaderos narcotraficantes quienes son vecinos de Trump, viven en los EE.UU. Eso es cierto, pero era así bajo Biden, Obama y su querido amigo Bill Clinton y Petro nunca lo esgrimió como argumento en contra de ellos. Preguntó, otra vez con razón, que autoridad moral tiene Trump para descertificar a Colombia en la lucha contra las drogas. Es una buena pregunta, pero a Petro no le va a gustar la respuesta. En el sentido moral, no es nadie. En el sentido legal pues la certificación es una política de los EE.UU. y es soberano a la hora valorar los esfuerzos de Colombia, aunque no deja de ser un acto imperialista de injerencia en los asuntos de un país. Pero Trump tiene la misma autoridad moral, o más bien falta, que Biden, Obama y Bush quienes certificaron a Colombia y también tiene la misma autoridad moral que Clinton quien descertificó a Colombia en 1996.
Clinton luego, en nombre de la lucha contra las drogas y sobre una base de cifras tan errónea que iguala a Trump, lanzó el Plan Colombia. En un mensaje al pueblo colombiano afirmó que las drogas mataban a más de 50.000 personas por año en su país[4] cuando la realidad era que en 1997 15.973 personas murieron por el abuso de TODAS las drogas incluyendo el abuso de fármacos.[5] Eran los datos más recientes que tenía Clinton cuando mintió como si fuera Trump. Cuando Clinton visitó a Colombia como ciudadano privado en 2013, quien ofreció ser su chófer no era nadie menos que Petro mismo. Está bien que diga que los EE.UU. no tiene autoridad moral en la materia, pero ¿susurró Petro lo mismo en el oído de su amor platónico, Bill Clinton cuando lo llevaba arriba y abajo en carro? Si Petro habla en serio, pues toca actuar en serio contra todos y no sólo algunos e implementar políticas que lo respaldan y no limitarse a discursos en la ONU cuando faltan poco más de seis meses para las elecciones al Congreso de Colombia. Claro si rechazamos la autoridad moral del mayor consumidor de drogas en el mundo, o lo descertificamos si quieren, eso trae consecuencias económicas. Pero la pelea es peleando.
Petro habla de dignidad.
La soberanía de Colombia no se entrega. Liberales y conservadores, que hoy firman un comunicado, entregaron antes esa soberanía, cuando vendieron a Panamá, cuando entregaron la selva amazónica, cuando entregaron partes del mar Caribe inmensas y nosotros no somos de esa clase.[6]
Pues no es tan cierto. Claro todos los que vivieron la pérdida de Panamá ya están muertos y lo mismo pasó cuando Colombia perdió a partes de la selva amazónica. Pero hoy en día, me pregunto si Colombia es soberana y no se arrodilla ante nadie como Petro afirmó. La realidad de su presidencia dice otra cosa. Colombia recibió un sinfín de visitas de altos mandos militares norteamericanos luego de la elección de Petro. En menos de un mes después de su juramento como presidente recibió a la jefe del Comando Sur, la general Richardson, y poco después una misión médica MILITAR de los EE.UU. en Cartagena. Si no se arrodilla ante nadie entonces,
· ¿por qué propuso a Biden que las fuerzas armadas de los EE.UU. cuidaran a la selva amazónica colombiana?
· ¿por qué todavía hay siete bases militares de los EE.UU. en Colombia?
· ¿por qué Petro procede con la construcción de una base militar que usará la DEA, entre otros, en la Isla Gorgona, un parque nacional y lugar de altísimo valor ecológico y de biodiversidad?
Esas bases serán punta de lanza de una invasión de Venezuela, serán usadas contra los países vecinos y hasta representan un peligro para la seguridad interna. Tanto que Petro hablaba de los deseos de la derecha rancia colombiana de derrocarlo, nunca se le pasó por la cabeza que en algún momento esas bases podrían jugar en papel.
Pasemos de las palabras bonitas, y sí eran bonitas, a actos hermosos, decisivos. ¡cerremos las bases! ¡no permitamos la custodia de la selva a los gringos! Y ¡demos marcha atrás con la base de la Isla Gorgona! La dignidad empieza en casa.
[1] Gustavo Petro (23/09/2025) Intervención del presidente Gustavo Petro en el 80 Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. https://www.presidencia.gov.
[2] Ibíd.,
[5] CDC (1999). National Vital Statistics Reports, Vol 47, No.19. https://www.cdc.gov/nchs/data/
[6] Gustavo Petro (17/09/2025) Alocución del presidente de la República, Gustavo Petro Urrego sobre la descertificación del gobierno de Estados Unidos a Colombia. https://www.presidencia.gov.
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